Tomado de la Jiribilla: http://www.lajiribilla.cubaweb.cu/2012/n562_02/562_27.html
IGNACIO RAMONET, DOCTOR HONORIS CAUSA POR LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA
Otra información es posible
Mabel Machado • La Habana
Fotos: René Mazola
Si en el presente la información es una mercancía gratuita, ¿cómo funciona entonces el negocio de la comunicación? Ignacio Ramonet, de regreso en Cuba para recibir el doctorado Honoris Causa en Ciencias de la Comunicación y presentar su libro La explosión del periodismo, ha propuesto la pregunta a partir de sus últimas investigaciones en el terreno de los medios. En su disertación, luego de ser distinguido por la casa de altos estudios, el periodista y cofundador de Media Watch Global, presentó sus tesis acerca de la crisis de comunicación e información que vive el mundo hoy, cuando Internet dinamita los procesos tradicionales y la profesión del informador.
La lógica de la información como mercancía, asegura Ramonet, no se basa en la venta de información a los ciudadanos, sino en vender ciudadanos a los anunciantes. Por tanto, el autor de textos como La golosina visual y La tiranía de la comunicación advierte que las empresas informativas —que al ofrecer un producto gratuito no quieren invertir o gastar demasiado— no buscan ya la información profunda y exigente, sino los mensajes de muy poco nivel, maniqueos, que interesan más por su riqueza espectacular y emocional que por sus valores de tipo racional. “La información no se va a preparar demasiado —asegura el analista—, se va a reproducir de la manera más sencilla bajo el precepto de que `repetir es demostrar´”.
Contenido y factura aparte, la información-mercancía constituye, a juicio de Ramonet, una materia prima imprescindible para la consolidación y creación de empresas. Las empresas de información, dentro de las cuales el investigador destaca las informáticas y telefónicas, se enriquecen con el concurso de los ciudadanos, “no interesa el contenido, sino el número de los mensajes”.
Entre otras razones, la Universidad de La Habana ha propuesto otorgar el Honoris Causa a Ramonet “por haber animado mecanismos cívicos y políticos de trascendencia a favor de la confluencia de las fuerzas que enfrentan el neoliberalismo y la hegemonía unipolar”. El fundador de la organización izquierdista ATTAC y promotor del Foro Social de Porto Alegre, en su discurso al recibir el premio, propuso comprender la nueva realidad comunicativa a la luz del fenómeno de la globalización, entre cuyos actores principales están los grupos mediáticos que controlan la prensa. “Ellos constituyen el aparato ideológico de la globalización, que, además de su funcionamiento económico, necesitan lograr que la gente la acepte”.
Al compararla con la Conquista de América, Ramonet explicó que la globalización implica una conquista financiero-mediática de un mundo donde la política ha quedado relegada como el tercer poder. A su juicio, el hecho de que los medios vapuleen a los políticos, no significa una mayor autonomía de los periodistas, sino un debilitamiento de los primeros y una entronización de los media como poder que no acepta contrapoder alguno.
No obstante, convencido de que otra información es posible, el autor del libro-entrevista Cien horas con Fidel, asegura que a través de las redes sociales, nuevas herramientas mediáticas que Internet pone a nuestra disposición, los ciudadanos tienen la posibilidad de autoinformarse y actuar.
¿La era de los finales?
Desde las páginas de Le Monde Doplomatique, hace apenas unos días, Ignacio Ramonet describía al 2012 como “el año de todos los peligros”. En conversación con La Jiribilla, el también especialista en geopolítica apuntó algunos rasgos de la fisonomía político-mediática del año que comienza:
“A medida que pasan las semanas, nos vamos acercando a un punto decisivo. Nadie desea que ocurra, pero existe la posibilidad de que en la primavera próxima, según muchos observadores, se produzca un ataque contra Irán. Si ese ataque será israelí o israelí-americano, no lo sabemos todavía, pero los observadores piensan que las condiciones son las siguientes:
“Por una parte, Israel está muy preocupado por el proyecto nuclear iraní. Aunque los iraníes dicen que ese proyecto nuclear es civil, el Organismo Internacional de Energía Atómica ha publicado varios informes que no son concluyentes en ese sentido. Por consiguiente, los israelíes piensan que su propia existencia puede estar amenazada, y, en todo caso, el equilibrio de fuerzas —que es desequilibrado en la medida en que Israel ya posee el arma nuclear y quiere ser el único poseedor de la misma en la región— no debe contemplar la posibilidad de que Irán construya el arma. En este momento Irán está particularmente debilitado en la medida en que su principal aliado, Siria, está muy mal parado a razón de la guerra civil, como también ocurre con el Hezbolá libanés.
“A EE.UU. no le interesa ese ataque hoy, porque Obama está llevando a cabo una campaña electoral y ha prometido desvincularse de las guerras del oriente próximo, pero es posible que se vea arrastrado a este conflicto. De otro lado, algunas potencias regionales, como Arabia Saudita, un gran rival de Irán, evidentemente tienen interés en atacar ese país por otras razones.
“En este momento ya hay una guerra de información muy importante. A escala internacional todos los días se publican informaciones sobre el tema. Un ciudadano normal no puede tener un conocimiento objetivo de lo que está pasando. Por eso es necesario conocer todos los puntos de vista, para entender la cartografía de las opiniones sobre esa situación y ver hasta qué punto esas opiniones pueden ser tan contrarias, que pueden llevarnos a la crisis. Esto se produce en un contexto donde hay tanta desinformación, tanto elemento de ruido que se introduce en el debate, que es muy complicado y confuso para un ciudadano normal, que no tiene tiempo de lanzarse a hacer su propia investigación y dedicarle horas.
“El ciudadano que, sin embargo, quiere informarse, tiene la posibilidad, gracias a Internet, de hallar más respuestas de las que los grandes medios están proponiendo. Es un caso en el que en medio de una situación muy confusa mediática y políticamente, un ciudadano no encontrará ‘la verdad’, pero va a encontrar su verdad, lo que más corresponde a sus exigencias intelectuales, sin hablar de sus exigencias políticas siquiera.”
Mencionaba al presidente Obama, ¿qué estrategia mediática deberá seguir para la reelección, teniendo en cuenta que los llamados nuevos medios fueron decisivos en su triunfo de 2008?
Él está apostando sobre algo mucho más concreto: tratar de salir de la crisis. Lo que la sociedad no le perdona a Obama es, por una parte, no haber cumplido sus promesas. No podía cumplirlas. Fue elegido en un momento de gran desesperación y con un apoyo excesivo de la población que lo veía como el salvador del mundo, pero no ha logrado serlo, sobre todo porque la situación económica se ha degradado durante una buena parte de su mandato. Él espera ahora que la actividad económica que se está desarrollando, el aumento de los niveles de empleo y la bonanza relativa le sirvan para ganarse votos.
Sin duda, no está haciendo la misma campaña que en 2008. Fue el primero que hizo una campaña basada exclusivamente en Internet y las redes sociales. Ahora continúa utilizándolas, pero los otros también lo hacen. La iniciativa no está ahí. Sin embargo, en comparación con los líderes que están surgiendo de las primarias republicanas, Obama aparece como un hombre con mucha mayor formación y visión. Ha defraudado, pero, a pesar de todo, él está apostando por hacer una campaña mucho más racional, basada en resultados más concretos, y en el hecho de que los republicanos se han ido tan a la derecha, que están espantando a una parte de la población centrista norteamericana.
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